Debo volver a los mares, al mar solitario y al cielo,
Y todo lo que pido es un barco alto y una estrella para guiarlo,
Y la patada de la rueda y la canción del viento y la sacudida de la vela blanca;
Y una bruma gris en la cara del mar, y un amanecer gris en su inicio.
Debo volver a los mares de nuevo, porque la llamada de la marea corriente
Es una llamada salvaje y una llamada clara que no se podrÃa denegar;
Y todo lo que pido es un dÃa ventoso con las nubes blancas volando,
Y el rocÃo lanzado y la espuma soplada, y las gaviotas llorando.
– ExtraÃdo de SEA FEVER, por John Masefield, 1902
Hasta donde sabemos, al finado Edison “Seferino” Coleman, el locutor más famoso y popular de Radio Belize, generalmente se le atribuye la acuñación de la frase “esta hermosa joya nuestra”. Esto probablemente habrÃa sido hace más de dos generaciones, a principios de los años setenta.
En ese momento, Radio Belize era un monopolio gubernamental que no permitÃa ninguna crÃtica al aire del gobernante Partido Unido del Pueblo (PUP). Seferino era tan grande, sin embargo, a pesar de su controvertido estilo de vida, que se le permitÃa criticar al gobierno de vez en cuando, aunque de forma codificada. Tal vez lo más importante en el esquema más amplio de las cosas, a Seferino se le permitió la creatividad, y es por eso que los beliceños hemos llegado a esta descripción destilada de nuestro paÃs como “La Joya”.
Hasta donde sabemos, fue dos generaciones antes de que Seferino ideó la frase “esta hermosa joya nuestra”, que Samuel Haynes escribió Land of the Gods [Tierra se los Dioses] y se refirió a la “riqueza no contada” de Belize en lo que se convirtió en nuestro himno nacional en 1981. Tenemos entendido que Haynes escribió su poema a principios de la década de 1930 mientras vivÃa en los Estados Unidos.
Henry Edward Ernest Victor Bliss, el Barón, nunca escribió un poema o se le ocurrió una frase pegadiza para describir su amor por Belize (entonces Honduras Británica). En 1926 escribió un testamento dejando toda su inmensa riqueza a la colonia. Asà fue como expresó su admiración de y amor por las bondades de la naturaleza en los mares de Belize. El Barón, verán, nunca pisó suelo beliceño. Él vivÃa en su yate en el puerto de la Ciudad de Belize. Se enamoró de los amaneceres de Belize, nuestros mares azules, el aire vigorizante y salado, y los excitantes peces que atrapó y comió durante sus tres meses de vida aquÃ.
La carrera Ruta Maya en canoa desde San Ignacio/Santa Elena a la Ciudad de Belize fue una excelente idea desde varias perspectivas. Desafortunadamente, la Ruta Maya estaba ampliando su éxito durante años cuando parecÃa que la Regata del Puerto Baron Bliss estaba experimentando últimos estertores. La singular falta de interés en el mar y en las carreras de veleros en las filas de la junta directiva del fondo Barón Bliss es increÃble y lamentable, porque el Barón fue el mejor benefactor de Belize y porque fue principalmente el mar y el arrecife de coral que inspiraron el amor del Barón por Belize. La Regata del Puerto debió ser su mayor legado para nosotros. Los administradores de Barón Bliss se han quedado cortos de la gloria, una de las principales razones es su negativa a ajustar los premios en ascenso para considerar la inflación desde 1926. Al parecer, a muy, muy pocos beliceños les importa.
SÃ, el ascenso de Oceana y el creciente apoyo para su polÃtica en contra de la extracción petrolÃfera mar afuera de los cayos de Belize y las comunidades costeras, de hecho, todo Belize, enfatiza la importancia masiva de la Barrera de Coral de Belize, no sólo para nuestros sentidos estéticos, sino también para nuestros medios de vida económicos. La cuestión de cuál es más bello y económicamente importante, el arrecife de Belize o el RÃo Viejo Belize, puede ser académica. Pero no hay duda de que alrededor del 9 de marzo, el dÃa feriado creado por el legado del Barón Bliss, deberÃa haber algo en el mar y en los alrededores de la Barrera de Arrecife para igualar lo que está ocurriendo en el rÃo.
A medida que entramos en el mes de marzo, luego en abril y mayo, sabemos que esta es la época del año en que los guatemaltecos adinerados, dueños de yates fabulosos, miran hacia Belize con el mayor anhelo. Durante los próximos meses de los vientos sudestes prevalecientes, es cuando Belize está en su forma más bella, es lo más precioso. Es muy triste, saben, pero hay beliceños que abandonaron Belize después del huracán Hattie para emigrar a las selvas de cemento de los Estados Unidos y nunca habÃan navegado en el mar fuera del puerto de Belize. Para esos beliceños, su conciencia de Belize se limitaba a nuestros canales y nuestro estado pantanoso. El Barón Bliss, Samuel Haynes y Seferino Coleman vieron más allá de eso. Igualmente los oligarcas guatemaltecos. Ellos codician La Joya.
Tenemos algo que apreciar aquÃ, beliceños. Tenemos algo que proteger Sabemos que esto es un asunto serio. Al mismo tiempo, lamentamos las polÃticas estatales que continúan excluyendo a las masas de beliceños de la esperanza de un futuro mejor. Belize se ha convertido absolutamente en una sociedad elitista, y la parte más triste de eso es que el poder polÃtico para condenar y atacar nuestro elitismo fanático descansa en manos de los ministros del gabinete quienes ellos mismos vinieron de las masas de beliceños. ¿Cómo lo ven?
Hasta la década de 1960, la navegación seguÃa siendo una actividad altamente utilitaria en Belize. Los veleros de varios tipos y tamaños no sólo eran el equipo básico utilizado por los pescadores, sino que también se utilizaban embarcaciones de vela para transportar mercancÃas y pasajeros a lo largo de la costa de Belize. El uso de esquifes con motores fuera de borda no comenzó a convertirse en un elemento básico de los pescadores de Belize sino hasta la década de 1960. De hecho, hoy en dÃa, los pescadores de Sarteneja todavÃa usan barcos de vela como sus buques nodriza, de los cuales, al anclarlos, operan en lanchas. En la actualidad, los barcos de vela tienen un soporte para acomodar los motores fuera de borda. Este no era el caso hace sesenta años. Entonces, hay comunidades pesqueras beliceñas desde Sarteneja en el norte hasta Barranco en el sur, que aún usan veleros de diversa Ãndole. Los barcos son ecológicos, y la energÃa eólica es más barata que la gasolina.
El propósito inmediato de renovar el sueño y el legado del Barón serÃa incorporar a los pescadores de vela de Belize en un evento anual en el DÃa de Barón Bliss. Si quisiéramos ser emprendedores o atrevidos, sin embargo, uno podrÃa atraer caballeros marineros de toda la región, y de hecho del mundo, para una carrera del DÃa de Barón Bliss de naturaleza ambiciosa. Sólo estamos diciendo.
Hay varios males que afectan a Belize en este momento. En el que nos estamos enfocando al terminar este editorial, es elitismo. El Muy Honorable George Price, padre de la nación, era un gran enemigo del elitismo. Insistió en que se debÃan repartir lotes de casas en la Ciudad de Belize, ya que su gobierno puso a disposición nuevas áreas en el lado norte, con lotes de los ricos intercalados con los de los pobres. No era sólo un caso de la travesura del Sr. Price: sabÃa que los pobres tienen mucho que enseñar a los ricos y que los niños de los pobres pueden ayudar a los niños de los ricos a aprender valiosas lecciones de vida.
Podemos decirles que las universidades estadounidenses más famosas se aseguran de incluir estudiantes de comunidades pobres y de paÃses pobres extranjeros en sus clases entrantes cada año. Los estadounidenses más inteligentes entienden los beneficios que se obtienen de un enfoque integral de la educación. Esto no es comunismo, o incluso socialismo.
Los beliceños decimos que somos cristianos, pero sobre todo olvidamos que Cristo era hijo de un carpintero y una virgen humilde. Uno de los mayores errores que cometieron las clases dominantes de Guatemala fue crear una sociedad rÃgidamente elitista. Ahora tienen que vivir en fortalezas amuralladas y viajar a todas partes con guardaespaldas fuertemente armados. ¿Qué tan cristiano es eso?
Y alrededor de esta época todos los años, los guatemaltecos ricos quieren vacacionar en La Joya. Se sienten seguros en nuestras aguas. No es sólo la belleza en nuestros cayos y atolones y mares lo que disfrutarán: es la paz que proviene de un paÃs que todavÃa aprecia su humanidad común. De esto se trata el llamado a una renovada justicia social. Se trata de La Joya, y nuestra humanidad común.
¡Poder al pueblo!