No hay escasez de candidatos para competir por los cientos de puestos de liderazgo en los consejos aldeanos, los consejos municipales y la Cámara de Representantes en nuestro paÃs, y no hay escasez de carisma en quienes triunfan en las elecciones, pero ¡Oh, si todo lo que se necesitara para hacer buenos lÃderes fuera popularidad! Si la popularidad fuera todo lo que se exige de los lÃderes, Belize no estarÃa en el caos en el que se encuentra hoy.
Belize necesita mucha inversión en liderazgo. Es un hecho que éramos un paÃs mejor administrado cuando éramos una colonia, y podemos decir eso porque habÃa pocos informes de corrupción en nuestros lÃderes polÃticos y partidismo en nuestros principales servidores públicos, y éramos un refugio tranquilo. Nuestro paÃs no estaba siendo administrado para la mayor gloria de los beliceños, pero habÃa orden en nuestra nación y respeto por los sistemas de gobierno en todo el paÃs. Nuestro audaz paso hacia estado soberano se tomó para que el paÃs se administrara para la mayor gloria de los beliceños. Orden y respeto heredamos, y fueron pilares sobre los que construir.
Es inútil mentirnos a nosotros mismos. El Belize moderno fue fundado en el siglo XVII por marginados europeos (en su mayorÃa ingleses y escoceses) que compraron esclavos para realizar la mayor parte de su trabajo. Con el tiempo, a los marginados y los esclavos se les unieron en la construcción de la nación las personas que eran nativas de esta área, y otros. Con el tiempo, fueron traÃdos gobernadores británicos y otros administradores, y fueron ellos quienes se aseguraron de que hubiera orden en nuestra nación y respeto por los sistemas de gobierno a lo largo de los años.
Los británicos tienen sus pecados, sin duda: pecados viles e inolvidables, pero para nuestro propósito aquà nos centraremos en una de sus virtudes. Ellos, los británicos, con el tiempo habÃan inculcado en su pueblo los fundamentos que crean lÃderes y ciudadanos que valoran el orden y el respeto en una nación.
Cuando nosotros, los beliceños, asumimos las riendas del liderazgo, no solo rechazamos los pecados de los británicos, sino que, lamentablemente, también rechazamos algunas de sus virtudes. Una virtud que descartamos es su código de honor, que es una de las piedras angulares del sistema de gobierno británico que heredamos. En el sistema británico, se refieren a sus lÃderes electos como “Honorables”. Muchos de nuestros lÃderes no lo son. Muchos de nuestros lÃderes son evidentemente deshonrosos, y se han burlado del sistema.
Son deshonrosos y están inmersos en el arte de mantenerse en el poder. El 15 de octubre, después de leer el libro, Leadership: In Turbulent Times [Liderazgo: En tiempos turbulentos], de Doris Goodwin, y mientras reflexionaba sobre todos los asuntos del cargo, el alcalde de la Ciudad de Belize, Bernard Wagner, escribió que Theodore Roosevelt, el 26 ° presidente de los EE.UU. (1901-1909), insistió en que la polÃtica no debe ser vista como una ocupación en sÃ, que Roosevelt creÃa que, como ciudadano, uno podrÃa participar intermitentemente en actividades polÃticas, pero serÃa “una terrible desgracia para un hombre llegar a sentir que todo su sustento y felicidad total dependen de permanecer en el cargo. Tal sentimiento le impide prestar un verdadero servicio a la gente mientras está en el cargo, y siempre lo pone bajo la mayor presión para hacer trueques con sus convicciones por el simple hecho de ocupar el cargo”.
Nuestros lÃderes polÃticos están inmersos en estrategias para aferrarse al poder y esto les ha impedido convertirse en mejores lÃderes. Lo que tenemos es popularidad sin capacidad, humildad e integridad. Necesitamos desarrollar capacidades, orar por humildad y exigir integridad.
Necesitamos lÃderes que reconozcan la tremenda debilidad en el liderazgo en todo el paÃs. A principios de este año, celebramos elecciones en los consejos de las aldeas, eligiendo a unos 1200 beliceños para llevar a cabo los asuntos en las aldeas de todo el paÃs. Necesitan más que seminarios ocasionales para ayudarlos a desarrollar sus habilidades de liderazgo. Deben estar recibiendo una capacitación intensa para que aprendan sobre nuestra Constitución y la administración de los recursos en su pueblo.
En el gobierno nacional necesitamos lÃderes que se rompan la cabeza hasta altas horas de la noche para encontrar soluciones a nuestros problemas; lÃderes que estarán agradecidos por su oportunidad al timón y se dediquen a servir, no a crear oportunidades para ellos mismos; lÃderes que viven como las masas, no como reyes y reinas; lÃderes que desdeñan el comportamiento mezquino y vengativo.
En el gobierno nacional necesitamos lÃderes que tengan la visión de ver el camino a seguir en este mundo cambiante, para que nuestra gente no sea desplazada, como está sucediendo ahora, para que nuestra gente no esté sin esperanza, como lo están ahora. Necesitamos lÃderes que respeten nuestra democracia, que no es solo del pueblo sino también PARA el pueblo; lÃderes que dirigen un gobierno transparente, para que la gente vea lo que están haciendo; lÃderes que se aseguran de que existan los controles y equilibrios esenciales en el gobierno, para que cuando deshonren al sistema, sean expulsados. Necesitamos lÃderes que respeten el tÃtulo, “Honorable”.
El cielo sabe que necesitamos que nuestros lÃderes sean mejores.
El Hon. Barrow y el Hon. Briceño hablaron en contra de la violencia de género
En la última sesión de la Cámara de Representantes, la Presidenta de la Cámara, la Honorable Laura Tucker-Longsworth, habló sobre nuestra horrible tasa de asesinatos y dos informes recientes de violencia contra las mujeres, uno sobre una acusación de asfixia y otro sobre un caso de acoso cibernético extremadamente salvaje. Los hombres acusados ??de comportamiento grosero contra las mujeres eran hijos de dos ministros del gabinete en el gobierno de Barrow. La presidenta pidió a los parlamentarios que vayan más allá de las palabras y realicen esfuerzos serios que aborden de manera tangible los problemas de asesinato, violencia de género y acoso cibernético en nuestro paÃs.
Al cierre de la sesión, el LÃder de la Oposición, el Honorable John Briceño, no se contuvo cuando criticó el comportamiento de los dos hombres, y tampoco lo hizo el Primer Ministro, el Honorable Dean Barrow, cuando expresó su disgusto con los hombres de nuestra sociedad que están haciendo daño a nuestras mujeres cuando pronunció sus últimas palabras en la Cámara durante el año.
Ambos señores señalaron que estos incidentes ocurrieron en un momento en que acabábamos de completar los dieciséis dÃas de activismo contra la violencia de género, un programa encabezado por la esposa del Primer Ministro, la Enviada Especial para Mujeres y Niños, la Sra. Kim Simplis Barrow.
La violencia de género, si bien abarca cualquier violencia que involucre a los dos sexos, es en gran parte una historia de hombres que atacan fÃsicamente a mujeres. Que los hombres golpeen a las mujeres es inaceptable, y debemos luchar contra ello con todas las herramientas que poseemos.