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Las bases de la democracia de La Joya en relación con la CIJ

Editorial (En Espanol)Las bases de la democracia de La Joya en relación con la CIJ

CIUDAD DE BELIZE, mié. 4 de marzo (1981)
“El hombre que invadió Belize” está muerto.
Luis Francisco Sagastume Ortiz, agrónomo, propietario de un hotel y candidato demócrata cristiano al Congreso en Guatemala, fue asesinado a tiros en un suburbio de la Ciudad de Guatemala el viernes.
El domingo por la mañana, el 21 de enero de 1962, Sagastume, entonces un agrónomo de 25 años, dirigió a un grupo de guatemaltecos a la aldea Ketchi de Pueblo Viejo, tres millas al otro lado de la frontera de Guate, dentro de Belize.
Los invasores derribaron la bandera británica, la quemaron y alzaron una bandera guatemalteca en su lugar.
Desde Pueblo Viejo, se fueron a San Antonio, llamándose a sí mismos “Luchadores Libertadores de Belize”, pidiéndoles a los aldeanos que se unieran a ellos para ayudar a “Presidente Price” a liberar a Belize.
Dijo Sagastume: “Estoy dispuesto a morir por su país”.
(- de una nota de la página 1 en AMANDALA No. 603, viernes 6 de marzo de 1981)

A medida que se acerca la fecha del referéndum para que los beliceños decidan si acudir o no a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para un arbitraje “definitivo y vinculante” sobre el reclamo guatemalteco a Belize, este periódico ha estado considerando el papel que hemos estado desempeñando, y el papel que jugaremos en todo este proceso a medida que avanzamos hasta el 10 de abril de 2019. Si lo piensan, este es un proceso que comenzó con la firma del Acuerdo Especial en 2008 entre Guatemala y Belize.

Hace diez años, la mayoría de los beliceños no prestaban mucha atención al Acuerdo Especial, porque estábamos agotados por casi cuatro años de intensa política interna que había comenzado con la rebelión G-7 del Gabinete en agosto de 2004 y culminó con el cambio de Gobierno en febrero de 2008, y porque estábamos hartos del tema de Guatemala.

Después de los años sesenta y setenta, cuando Guatemala amenazaba con invadir de vez en cuando, y los británicos reforzaban su guarnición (en 1962, un tal Franciso Sagastume y otros en realidad lo hicieron), y después de que Belize finalmente logró la independencia política en 1981, el negocio de Guatemala se convirtió en mucha plática más que todo. La Ley de Áreas Marítimas de 1991 provocó entusiasmo, pero las propuestas de Ramphal/Reichler en 2002 se convirtieron en otra sugerencia, comenzando con las conversaciones de Puerto Rico de 1962, que no llegaron a ninguna parte.

Nosotros los beliceños nos habíamos vuelto complacientes. Nuestra juventud se había vuelto hedonista. El Acuerdo Especial de 2008, ahora parece, tomó a las masas de beliceños con nuestros pantalones abajo. Algo sucedió entre Guatemala y Belize en los años previos a 2008, y ese “algo” estaba siendo orquestado por la Organización de Estados Americanos (OEA), es decir, Washington. Ese “algo” fue el llamado fomento de la confianza, la línea de adyacencia y la zona de adyacencia, y la admisión implícita por parte de Belize de que no estábamos 100 por ciento seguros de nuestras fronteras, o teníamos miedo de defender dichas fronteras. Ustedes y yo sabemos, si nunca lo supimos antes, que la segunda de estas hipótesis es un hecho. Aún así, la naturaleza de las realidades militares con respecto a Guatemala y Belize, no es nuestra discusión hoy.

Queremos ver el hecho de que se ha puesto a disposición de los beliceños un ejercicio democrático para expresar nuestra opinión sobre la Corte Internacional de Justicia. Durante meses, la opción de “NO a la CIJ” pareció haber sido la reacción espontánea de muchos beliceños. Sin embargo, en las últimas semanas, las fuerzas de “SÍ a la CIJ” nos han dado una idea de cuán organizados, bien financiados y determinados están, y serán el 10 de abril de 2019. De hecho, las fuerzas de “SÍ a la CIJ” obtuvieron un voto de la mayoría para el “SÍ a la CIJ” de un grupo de estudiantes que reunieron en Belmopan la semana pasada el jueves por la noche. Según nuestro conocimiento, esta es la primera encuesta pública de este tipo que ha sido ganada por el lado de “SÍ a la CIJ”.

La importancia de la encuesta del jueves por la noche es que incluyó a estudiantes y jóvenes, los grupos que serán críticos en la votación del referéndum del próximo 10 de abril. Los detalles de cómo se llevó a cabo el debate del jueves por la noche que precedió a la votación, no están disponibles para nosotros. Sin embargo, estamos convencidos de que la encuesta fue democrática, es decir, realizada sin coacción ni corrupción.

Aquí se ha establecido un precedente que debería llamar la atención de las personas del “NO a la CIJ”. A pesar de que muchos de nosotros, incluido este periódico, tenemos la sensación de que la mayoría de los beliceños no quieren ir a la Corte Internacional de Justicia, la decisión de ir o no se basará en la mayoría de los votos emitidos el 10 de abril de 2019. Nada más realmente importa. Con el gobernante Partido Democrático Unido (United Democratic Party, UDP) ahora completamente comprometido con el “SÍ a la CIJ”, y con el opositor Partido Unido del Pueblo (PUP) dividido y aún sin poder redactar un documento de posición definitivo, repentinamente el “SÍ a la CIJ ” se convierte en una distinta posibilidad democrática.

Sin duda, este periódico se considera como parcial al “NO a la CIJ” por las autoridades del “SÍ a la CIJ”, pero no hemos declarado una opinión expresa. La razón por la que no hemos declarado una opinión expresa sobre este asunto de momento masivo, es que nuestra historia desde 1969 ha sido que cuando declaramos y expresamos una opinión trascendental, luchamos por esa opinión. Nuestra competencia más significativa, The Reporter, por su parte, ha estado haciendo una campaña de manera directa por el “SÍ a la CIJ” durante mucho tiempo a nivel editorial. El propietario/editor responsable de The Reporter fue uno de los fundadores del UDP en 1973 y nunca se ha apartado en forma significativa de su apoyo histórico al UDP.

Amandala tiene una historia diferente, muy diferente. En algunas críticas elecciones generales en el pasado de Belize, como las elecciones generales de 1979, 1984 y 1998, este periódico se la ha jugado por  uno de los dos principales partidos políticos de Belize. Cuando este periódico se la jugó por un importante partido político (para el PUP en 1979; para el UDP en 1984; para el PUP en 1998), nuestra credibilidad estaba seriamente en peligro. Ese fue también el caso el 7 de marzo de 2018 en una elección municipal en la que nos sentimos obligados a apoyar abiertamente la lista del PUP para el Ayuntamiento de Belize.

Hay un bloque del 4 por ciento de votantes que son influenciados por este periódico. Este bloque del 4 por ciento solo tiene un papel definido que desempeñar cuando los dos partidos políticos principales compiten directamente entre sí. Tal ha sido el caso en elecciones generales y municipales. Cinco meses antes de la votación del referéndum de la CIJ, sin embargo, no hay tal enfrentamiento entre el gobernante UDP y el opositor PUP sobre el asunto de la CIJ.

Las elecciones generales de 1979 y 1984 fueron probablemente las más críticas de la historia de Belize. Todos podemos ver hoy que el resultado de las elecciones generales de 1979 a favor del PUP llevaron directamente al logro de la independencia política de Belize en 1981. Si el UDP hubiera ganado en 1979, la independencia se hubiera retrasado, quizás de manera indefinida. 1984 fue también de gran importancia, ya que los beliceños vieron un cambio sin precedentes de gobierno nacional del PUP.

Pero 2019, que es un referéndum y no una elección, parece ser un ejercicio existencial. La mayoría de los beliceños, entonces, ven el 10 de abril de 2019 como el ejercicio más crítico en nuestra vida pública desde el 1 de junio de 1797. En este momento tenso, la oposición leal de Su Majestad no está actuando como lo hace clásicamente en las elecciones generales y municipales. ¿Por qué es así, queridos, y qué significa esto?

El referéndum de la CIJ involucra un voto democrático, pero la tradicional estructura de confrontación de la democracia parlamentaria en Belize ha sido, hasta este momento, abandonada por el opositor PUP. En otras palabras, parece que se ha creado un vacío de algún tipo en esta conversación de la CIJ. El dicho es que la naturaleza aborrece el vacío. ¿Se llenará el vacío de la CIJ con la reunión de terceros partidos ad hoc o, en el peor de los casos, con una energía callejera?

¿Entienden con qué estamos tratando aquí, beliceños? Ninguno de nosotros ha estado antes en este camino. A este periódico le parece que las fuerzas gigantescas están empujando a los beliceños en cierta dirección. Este periódico resiste instintivamente a estas gigantescas fuerzas, pero no es para nosotros, nunca ha sido para nosotros, liderar a los beliceños. Si el partido gobernante está en connivencia con las fuerzas gigantes, entonces toda nuestra experiencia en la vida pública de Belize nos dice que la resistencia constitucional debe originarse con el partido de la oposición. A falta de que el partido de la oposición se acerque al plato, entonces solo la gente puede salvar a la gente.

¡Poder al pueblo!

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